Entrevista a Hernán Guerschuny, creador de «Días de Gallos»
El mes pasado se estrenó en HBO Max la primera serie argentina de la plataforma, la cual se centra en la cultura freestyle y en el mundo de las batallas de rap. «Días de Gallos», compuesta por 10 capítulos, nos acerca a un universo con sus propias reglas y busca reflejar, además, la intimidad de los jóvenes actuales.
Uno de los responsables del desarrollo de esta serie es Hernán Guerschuny, quien logró un producto atractivo, creativo y respetuoso. En Cinéfilo Serial conversamos con el director de «El Crítico», «Una noche de amor» y «Casi Feliz» sobre el abordaje de esta temática, el trabajo realizado con los raperos y los actores y la respuesta del público.
– ¿Cómo se despertó su interés por la cultura freestyle a tal punto de querer convertirla en una serie de televisión?
– Hace ya varios años con Lucas Jinkis, mi amigo y socio en Zeppelin.Studio, nos empezó a llamar la atención el fenómeno de las batallas de freestyle. Se trata de una manifestación casi inédita dentro de la cultura joven. Tiene poesía, música y conflicto, todos elementos que los guionistas, productores y directores buscamos a la hora de contar historias. Y que se erigió en un medio único de expresión de esta nueva generación. Es curioso además que es un fenómeno transversal en términos socioculturales, y etarios. No tengo dudas de que la final de Wos vs Aczino emociona y enloquece tanto a un nene de 8 como a un tipo de 45. Notábamos que así como el fútbol fue siempre un medio de integración social, las «batallas de gallos» en plazas, en el patio del colegio, etc cumplían la misma función.
Primero empezamos a desarrollar un documental sobre la historia del género y las historias detrás de los máximos exponentes del freestyle de Latinoamérica. Y eso derivó en una ficción que terminamos produciendo junto a Warner Media para HBO Max.
Actualmente, además seguimos avanzando con el documental que se llama «Freestyle Revolution», que ya cuenta con la participación de los argentinos Ecko, Stuart, Papo, Klan, Mustafá y Mecha; los peruanos Jaze, Jota y Stick; los chilenos Acertijo y Nitro; los mexicanos Pime, T Kila, Rapder, RC, Lobo y Danger; los españoles Skone, Bnet, Invert, Gazir, Zasko, Sara Socas, Bekaesh, Kapo 013. Y próceres del género como el español Aczino y el español Chut. Evidentemente el fenómeno nos atrapó.
– ¿Cómo fue el trabajo de investigación previo para plasmar de manera fiel y respetuosa la historia?
– El desarrollo de la serie llevó un año y medio, y nuestro mayor interés era cómo narrar una historia sólida, interesante y entretenida, pero a la vez ser respetuosos con una cultura con reglas muy propias. Primero trabajamos con un script room que coordinábamos con Lucas, que estuvo a cargo de Joaquín Bonet (autor) y Sofía Willhelmi (colaboradora autoral), y el asesoramiento de Juan Ortelli, periodista especializado en el género, ex director de revista Rolling Stone y jurado de muchas competencias de freestyle. Y las muy ricas devoluciones del departamento de Desarrollo de Warner Media, liderado por Marcelo Tamburri, con Verónica Montero, Guillermo Zacvagnini y Vanina Spadoni. Nos devoramos todas las grandes batallas de freestyle, aprendimos la dinámica, las diferencias de estilos, las historias detrás de los raperos, etc. Nos dio un material increíble para construir un drama juvenil muy particular, el coming of age de esta época.
– La serie resulta atractiva tanto para quienes están inmersos en este universo desde hace tiempo como para aquellos que es la primera vez que se acercan al mundo del rap, ¿cómo lograron combinar un producto para ambos públicos?
– Siempre tuvimos claro que debíamos tomar lo mejor de esta cultura pero ponerla al servicio de un show atractivo. Corríamos el riesgo de que los fanáticos del nicho critiquen la serie, pero confiábamos en que la atracción por seguir personajes bien construidos y con relieve, una trama atractiva y una propuesta visual y musical realizada con mucho rigor y pasión, terminen fascinando a muchos públicos.
– ¿Cómo surgió la idea de convocar a verdaderos raperos? ¿Cómo fue el trabajo interpretativo con ellos? ¿Cómo se amalgamaron con los actores?
– El mayor desafío era el crossover entre actores y raperos. Los primeros debían aprender a rapear y los segundos a actuar. Contar con verdaderos raperos era fundamental porque queríamos que fuese «la» serie sobre freestyle y porque necesitábamos poner en pantalla ese arte único de la improvisación. Por supuesto que como el cine es todo una gran mentira, no hay nada más difícil que recrear una improvisación, que debe ser repetida muchas veces a la hora de ser filmada. Así que los freestylers enseñaban a los actores a rapear en forma verosímil. Y por otro lado, contábamos con nuestra coach actoral María Laura Berch que ayudó a Ecko, Klan, Stuart, Roma, Cacha, etc a actuar y lo han hecho muy bien.
– Además de mostrarnos este mundo, cada personaje tiene una subtrama profunda a la que se le otorga el tiempo para desarrollarse, ¿cómo buscaron abordar el complejo universo juvenil actual desde una mirada desprejuiciada?
– Pretender hacer una serie generacional es más difícil de lo que parece. Se hacen muchos programas «juveniles», pero siempre desde el prejuicio de cómo los adultos creemos que piensan los jóvenes. La «voz de una generación» es un concepto complejo, amplio y que implica entender las diferentes facetas de estos tiempos. Un época única y fascinante en términos de diversidad, de reclamo de derechos y de cuestionamientos al mundo que les dejamos los adultos. Así que lo abordamos sabiendo que nuestros personajes era particulares y no pretendían representar a todos, pero sí sabiendo que cada faceta debía ser tratada con rigor. Por ejemplo, hemos tenido muchas charlas con la Asociación de Familias Diversas para encarar el personaje de Andy, un chique de género fluido, pero no poniendo esta característica por encima de otras tan importantes en la vida de un joven en estos tiempos.
– ¿Cuánto hay de improvisación y cuánto de guion delimitado en las batallas?
– Estaba casi todo guionado, pero en muchas ocasiones nuestro director Joaquín Cambre habilitaba que nuestros actores/freestylers, que son verdaderos talentos, puedan desarrollar todo su arte. Desestimarlo hubiese sido una pésima estrategia!. Así conseguimos escenas/batallas memorables.
– ¿Qué significa para vos y para tu socio haber creado la primera serie argentina para HBO Max?
– Mucho orgullo y un gran aprendizaje. Porque mientras desarrollábamos «Días de Gallos», se producía la fusión entre Warner, HBO y Turner, lo cual implicaba muchos cambios internos en la corporación, de nombres y dinámicas. La experiencia fue muy intensa pero también extraordinaria. Como productora estamos muy agradecidos por la oportunidad.
– ¿Cómo fue la repercusión del público? ¿Existe desde su parte una puerta abierta para una segunda temporada?
– La serie es un éxito. Tengo mucha data precisa que no me permiten difundir pero son cifras impresionantes en términos de cuentas, de episode decay (qué cantidad de gente que ve el primer capítulo ve el segundo y sigue con el tercero, etc), y de los que entraban por primera vez a la plataforma. O sea que se convirtió en un subscription driver. Además está en el top ten de contenidos de streaming con mayores niveles de engagement en twitter en el mes de septiembre y la única de HBO Max en ese ranking.
Por nuestra parte estamos más que dispuestos y motivados a continuar con una segunda temporada.
Samantha Schuster