«Homeland», el adiós a una serie que supo reinventarse continuamente
A lo largo de sus 8 temporadas, «Homeland» nos brindó una serie de primer nivel. Una protagonista carismática y dispuesta a todo, una actriz que sostuvo esa increíble interpretación por tantos años, varios giros interesantes que nos dejaron boquiabiertos, resoluciones impensadas, un clima de tensión que nos llevó al borde del abismo, una producción descomunal que nos permitió viajar por lugares recónditos y sobre todo una historia sólida y atrapante.
Nadie va a negar que en su camino fue perdiendo algunos personajes vitales para la trama, haciendo que la serie tenga que cambiar drásticamente su dirección. Pero esto no impidió mantener su nivel, sobreponiéndose a la situación y saliendo airosa. Siempre encontró la manera de incorporar temáticas actuales, pasando de los atentados en Europa al cyberterrorismo, y reinventarse constantemente para ofrecernos una historia única. Mucho tuvo que ver con que la trama girara continuamente en torno a Carrie, el elemento más valioso dentro de la serie. Sin ella, nada hubiera sido igual.
Y después de todos estos años, «Homeland» llegó a su octava y última temporada para brindarnos un final tan digno que emociona, sobre todo en estos tiempos polémicos donde es muy difícil contentar a todos y el cierre de una serie no se escapa de la filosa mirada del público. Pero por suerte, una vez más Carrie consigue hacer lo imposible, cerrando de la mejor manera su historia.
Durante esta octava entrega se retoman los hechos sucedidos previamente, donde Carrie se va recuperando de sus meses de encierro en Moscú. No sabe concretamente qué pasó en ese tiempo, ya que no estaba tomando sus medicamentos, pero muchos sospechan de un amistoso acercamiento con su captor, el espía ruso Yevgeny. Sin embargo, Saul hace caso omiso a los rumores y decide llevarla a Afganistán para que lo ayude a negociar la paz entre el Gobierno y los talibanes, para poder retirar las tropas norteamericanas del lugar. Pero todo se complicará cuando se estrelle el helicóptero que transportaba a los presidentes de Estados Unidos y Afganistán y los talibanes sean culpados por este acto. Es así como Carrie hará todo lo que esté a su alcance para descubrir la verdad, aunque ponga en peligro su propia vida.
De esta forma, nos encontramos con una historia bastante lineal y concreta pero no por eso simple. Cada uno de los episodios nos ofrece un clima de tensión constante que no nos dejará respirar y algún giro impactante que hará que esta búsqueda se complique cada vez más y que arrincone a Carrie a tomar decisiones bastante extremas para cumplir su misión. Esta encrucijada hará relucir las mejores características de la protagonista, entregándonos a nosotros un gran entretenimiento.
Por otro lado, se suman algunos personajes nuevos, pero sobre todo se destacan principalmente tres, no solo por su construcción sino también gracias a las interpretaciones de sus actores: la siempre gigante Claire Danes, que da todo de sí, física y psicológicamente, para retratar a su personaje. En este caso, Carrie está más confundida que nunca, tiene una parte de su vida en blanco pero también está concentrada en hacer lo que cree correcto para todos sin importar las consecuencias. También debemos destacar a Saul (Mandy Patinkin), su compañero de siempre, que si bien la mayoría de las veces se encuentran en veredas opuestas sobre cómo llevar a cabo ciertas acciones, se cuidan mutuamente las espaldas. Durante esta entrega, conocemos un poco más sobre su pasado, una subtrama que sería muy interesante para ahondar en algún spin-off, que no sabemos si eso será posible. Yevgeny (Costa Ronin) vuelve a tener protagonismo al emprender con Carrie un viaje para ayudarla a conseguir lo que necesita pero también es quien la pone en jaque y la presiona para realizar ciertas acciones extremas. Por momentos es su único apoyo y la única persona en la que Carrie confía, aunque no deja de ser un espía ruso.
Sin adelantar lo que ocurre en su final, podemos decir que está a la altura de las circunstancias. Era muy difícil pensar en una conclusión acertada para «Homeland», siendo que Carrie lleva un estilo de vida muy particular y que la traición fue uno de los grandes temas durante esta temporada. Tranquilamente podría haber terminado con un sabor agridulce, haciéndonos sentir que se tomó un camino correcto y que no quedaba otra salida pero que nos rompió el corazón por cómo terminó ella, tal como sucedió con el cierre que le dieron al personaje de Brody. Pero por suerte esto no fue así y no solo podemos entender la decisión de los guionistas sino que la celebramos y la recordaremos por siempre como una de las pocas series que después de tantos años terminó como debía.
Para los que seguimos esta serie durante todos estos años o para los nuevos espectadores que se encuentren por primera vez con ella, sin duda podemos decir que «Homeland» supo cómo reinventarse a lo largo de este tiempo, recuperándose de sus caídas fácilmente y proporcionándonos todo lo que buscamos en una producción de este estilo. Carrie Mathison, Saul Berenson y todos aquellos que pasaron por esta historia de espionaje, de traiciones, de misiones secretas y arriesgadas, y que nos hicieron transitar por todas las emociones, siempre quedarán en nuestro corazón. Hasta siempre a una gran serie.
Tráiler:
Samantha Schuster