“Mindhunter”, la psicología del crimen continúa
Hace dos años se estrenó «Mindhunter» en Netflix, una serie inspirada en el libro “Mindhunter: Inside FBI’s Elite Serial Crime Unit” de Mark Olshaker y John E. Douglas. Allí los agentes Holden Ford y Bill Tench crearon la Unidad de Conducta del FBI, la cual elaboró una nueva forma de descubrir a los asesinos seriales, aquellos que cometían repetidos crímenes, basándose en entrevistas a personalidades ya condenadas. Según ellos, se podía armar un perfil a partir de patrones de comportamiento, su mentalidad y aspectos personales como el contexto familiar.
Dos años después la plataforma estrenó la segunda temporada de esta inteligente y exquisita serie que busca ahondar en la mente criminal de una forma más psicológica y profunda. Al igual que en su antecesora, «Mindhunter» nos brinda una trama atrapante que se sostiene por un guion elaborado, la actuación de los protagonistas y un excelente trabajo técnico.
En esta nueva entrega nos encontramos con varias historias paralelas. El hilo central será la desaparición de chicos afroamericanos en Atlanta, un caso real que tuvo mucha repercusión e impacto dentro de la comunidad. Además, seguirán entrevistando a distintos asesinos seriales para establecer una fórmula mucho más exitosa para atrapar a este tipo de criminales. En cuanto a cuestiones más personales, cada personaje tendrá su subtrama: Bill sigue lidiando con la relación con su hijo, pero esta se verá agravada por un hecho del cual su pequeño será testigo y que lo cambiará para siempre; Holden tiene una lucha interna que deberá superar para poder hacer bien su trabajo, y Wendy empezará una relación con algunos traspiés que la llevarán a tratar de equilibrar su vida pública y privada.
Por momentos esta gran cantidad de tramas se vuelve un poco abrumadora para el espectador, que tendrá que prestarle atención a distintas aristas de la historia, pero de todas maneras tenemos un buen equilibrio de cada una de ellas. Se le otorga el tiempo suficiente para que todas se desarrollen (la de Holden tal vez es la menos constante), como también se las siente necesarias, ya que terminan de delinear a cada uno de los personajes. Porque como la serie apunta a revelar la mente de los asesinos seriales, en esta temporada también analiza a los protagonistas internamente para que el espectador pueda conocerlos más y generar una empatía más pronunciada.
Tal vez en esta oportunidad se hace más foco en el caso puntual y no tanto en las entrevistas a los asesinos, pero cada uno de esos momentos valen la pena: generan tensión y cautivan al público. Además, convengamos que todos los prisioneros están basados en personalidades históricas, aumentando la credibilidad del relato. Si luego de su visualización se buscan fotografías de ellos, veremos que el casting de la serie es excelente: existe una similitud casi idéntica entre la realidad y la ficción.
También lo podemos observar en el elenco principal, quienes nuevamente se encuentran muy bien en sus papeles, funcionando la química y la dinámica no solo en el dúo que conforman Holden y Bill sino también cuando se juntan con Wendy. Los personajes secundarios que se suman o tienen un rol mayor durante esta temporada también se destacan.
Particularmente, el caso se desarrolla de una manera atrapante, pausado como suele ser la serie, que se toma su tiempo para brindarnos una trama elaborada. La resolución de la historia se vuelve un poco simplista pero, por un lado, es fiel a la realidad, así sucedieron los hechos, y, por el otro, nos proporciona un mensaje contundente y realista; no siempre se pueden tener finales felices, mucho menos en la vida real.
En cuanto a los aspectos técnicos, la serie funciona de una muy buena manera. Se destacan sobre todo la ambientación de época, tanto la escenografía como la vestimenta, como también la banda sonora que va acompañando cada escena para otorgarle el clima que requiere. Existe por ejemplo un momento donde están realizándole una entrevista a uno de los convictos y las escenas de las cuales están hablando se recrean a través del sonido, está muy bien logrado.
En síntesis, «Mindhunter» vuelve a otorgarnos una temporada a la altura, con una trama intrigante que atrapará al público. Si bien por momentos existe una gran cantidad de subtramas que requieren una mayor atención por parte del espectador, se sienten necesarias para darle un mayor contexto a la historia, tanto a nivel macro como en un aspecto personal.
Ya tenemos una tercera temporada confirmada para «Mindhunter» y la promesa de que en algún momento veremos la resolución de la historia de un misterioso personaje al que vimos avanzar en estas dos entregas pero del cual todavía no tenemos ninguna certeza.
Tráiler:
Samantha Schuster