Patty Jenkins: Un empoderamiento feroz en la industria

La realizadora de «Mujer Maravilla» y «Mujer Maravilla 1984» es más que una cineasta con talento, se ha convertido en la voz que expone al sexismo.

Por años es tema de discusión si existe o no un contexto de desventaja entre el hombre y la mujer. ¿Dónde sucede el fenómeno de altitud?, el eterno debate. Patty Jenkins colocó el tema de una forma que no pasa desapercibida.

Nació en California, en el cuartel militar George Air Force Base, perteneciente a la Fuerza Aérea de Estados Unidos. A los siete años su padre murió en un accidente con un avión caza F5 en el Mar del Norte, trasladándose entonces junto a su madre y hermana a Lawrence, Kansas, donde creció. Pocos meses después de haber perdido a su padre, vio la película «Superman» (1978), quedando impactada, pero no fue hasta comenzar sus estudios en Bellas Artes, una universidad neoyorquina a la que asistió buscando mejorar su conocimiento en fotografía y pintura, que quedó fascinada con la disciplina en un curso de cine experimental, despertando así su afición por el cine. Previamente, a sus 16 años había participado en el rodaje de un documental sobre una reunión de la generación beat en su ciudad. El resultado de la colisión entre la fuerza de su origen junto a las primeras marcas del séptimo arte en su vida determinó un camino que hoy le da una preponderancia en el presente como una cineasta relevante y que deja huellas.

Lleva 15 años de carrera, ha dirigido grandes proyectos como «Monster», protagonizado por Charlize Theron, y hasta fue considerada para ser la directora de «Thor: The Dark World», film del cual decidió alejarse. Y hoy no solo es conocida por hacer grandes producciones, sino por sus declaraciones que buscan la igualdad entre la mujer y el hombre.

Jenkins irrumpió en el mundo cinematográfico poniendo énfasis sobre la mujer y su poder inagotable de ser fuente de inspiración, al igual que ser una figura de superhéroe. Puede ser sexy y poderosa al mismo tiempo. Trasladó eso al cine mediante el punto de partida de instaurar un personaje de carácter universal y vulnerable ante un equilibrio de donde radica su fuego, logrando cada hazaña que se proponga, sea desde la más mínima hasta una de más peso, con una motivación filosófica que la pone en igualdad de condiciones con el mundo masculino.

¿Cómo puede luchar una mujer?, ¿cómo puede ser sexy y «violenta» al mismo tiempo?

La respuesta está en la cinta «La mujer maravilla» (2017). La directora californiana fue la primera mujer en ponerse al frente de una película de superhéroes, convirtiéndose en la primera cineasta con el estreno más taquillero de la historia y consecutivamente en una de las diez personas del año para la revista Time.

«Me gusta la velocidad, moverme veloz, creo que porque soy la hija de un gran piloto de combate». Intrépida, audaz y reincidente del carácter feroz, Jenkins se ha vuelto la gran protagonista. Sus ideas y enfoques son logros que coinciden con el trabajo. Consiguió romper aquel prejuicio machista donde se creía que las películas de acción protagonizadas por mujeres no funcionaban en taquilla.

«Un trato es una promesa y una promesa es irrompible»es una de las tantas frases que escuchamos de «Wonder Woman», algo que constantemente nos hace ver Jenkins. Si hay compromiso con uno mismo, las cosas pueden lograrse y ser mujer no es un límite de lo que puedes o no hacer. Ha hecho gala de su pasión, es una narradora admirable. Sus capacidades y cualidades fueron infravaloradas no solo por entendidos sino también por gran parte del público. Tuvo que soportar «flirteos constantes, peticiones de citas en lugares extraños y avances inapropiados» por parte de aquellos que tenían el poder de hacer realidad su deseo.

Con una gran envergadura pelea contra la desigualdad del trato en la industria del cine, buscando reducir esa brecha mediante los personajes femeninos protagonistas. Una cineasta con superpoderes se impone en Hollywood, nada la ha frenado sino todo lo contrario fue impulsando su brillantez entablando un camino de popularidad al igual que sus colegas masculinos.

 

Noelia Giacometto

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