Crítica de “Medianoche en París” de Woody Allen (2011)
¿Imaginás una película que incluya a personajes artísticos como Salvador Dalí, Pablo Picasso, Luis Buñuel o Ernest Hemingway? Woody Allen escribió y dirigió un film con estas características. Además, generó una estética tan especial que se adecua brillantemente con este ambiente que rebalsa arte. Con actores como Owen Wilson, Adrien Brody y Tom Hiddleston y actrices de renombre como Rachel McAdams y Marion Cotillard, el resultado es inevitablemente bueno.
Gil Pender (Owen Wilson), escritor de guiones, y su mujer Inez (Rachel McAdams) están de vacaciones, donde sufren varias complicaciones. Un día, Pender se encuentra solo en la calle y, al llegar la medianoche, es espectador de un cambio rotundo en el mundo y en el tiempo. Si se presta atención a la introducción de esta nota, es posible entender a grandes rasgos qué rumbo toma la película en este punto.
La música clásica y una paleta de colores cálidos y fuertes inundan la pantalla de una estética tan agradable que capta la atención del espectador. Además, el guion es la base de la que parte esta película y permite un despliegue no sólo de imaginación, pero sí de habilidad. Woody Allen dio vida a una historia que le significo el Oscar a Mejor Guion en 2011 y que demandaba un desafío a nivel fotografía, vestuario y ambiente, donde el director se mantuvo a la altura de sus circunstancias.
Los personajes están muy bien creados y las personas seleccionadas para cada papel son las adecuadas. En cuanto a los roles de figuras artísticas, se desliza las actitudes que se le atribuye, por ejemplo, a Hemingway. Aquella característica que uno conoce de Dalí o de Buñuel, son observables de manera muy clara.
“Medianoche en París”, sin dudas, es una película que acaricia el corazón de aquellas personas aficionadas a cualquier tipo de rama artística. Es un producto de una hora y media donde se agrupan personalidades de la pintura, el cine y la literatura, donde el resultado es sumamente satisfactorio.
Puntaje:
Tráiler:
Franco Valente
