Crítica de «Yo Capitán» de Matteo Garrone (2023)

Matteo Garrone («Dogman», «Pinocchio») vuelve al ruedo con una película sumamente emotiva que se mantiene al límite entre retratar hechos reales y caer en golpes bajos para transmitirnos la peripecia por la que tienen que atravesar los inmigrantes africanos en busca de una vida mejor.

«Yo Capitán» («Io Capitano» en su idioma original) se centra en Seydou y Moussa, dos jóvenes que abandonan Dakar, Senegal, con el objetivo de llegar a Europa para poder vivir de la música y conseguir dinero para mantener a sus familias que se encuentran en la pobreza. Sin embargo, y a pesar de las advertencias sobre lo difícil que será el camino, estos primos recién comprenderán la magnitud del peligro cuando atraviesen el desierto, se enfrenten a centros de detención y los peligros del mar.

Basada en una idea propia de Garrone, «Yo Capitán» busca retratar las dificultades que tienen que atravesar los inmigrantes africanos para conseguir un futuro mejor en Europa a través de una historia llena de tensión, drama y emoción. Los jóvenes viven una realidad compleja en su país de origen. Mientras sus familias se resignan con lo que les tocó, ellos creen que existe algo superador en otro continente y están dispuestos a luchar para alcanzarlo.

Es así como vamos a seguir a estos primos durante su «aventura», que los expone a las miserias más grandes de los seres humanos: aquellos que se aprovechan de la desesperación de la gente para conseguir dinero; los que usan a los demás como esclavos para trabajar y los que ejercen la violencia para mantener todo bajo control. Pero Garrone también contrapone estos hechos con otros un poco más luminosos y optimistas. Aunque no le dedique tanto tiempo como a la tragedia, podemos ver cómo algunas personas dejan de lado el individualismo para proteger a los más débiles y construir un sentido de comunidad o pertenencia. Una pequeña luz al final del túnel que logra dejarnos con una buena sensación a pesar de todo.

La película se mantiene constantemente al límite. Por un lado, el director busca hacer visible una realidad dolorosa que ocurre con gran frecuencia en los países africanos, y, por el otro, a veces para hacerlo cae en algunos golpes bajos y situaciones bastante violentas que buscan el impacto y generar sensibilidad del espectador. Somos conscientes que dejar de mostrar estos hechos tampoco hubiera sido una buena opción porque no se estaría siendo fiel a la verdad, así que entendemos la dificultad para llegar a un equilibrio entre ambas partes. Pero sin dudas la película consigue dos objetivos: poner sobre el tapete el tema de la inmigración desde el punto de vista protagonista y movilizar a los espectadores que pueden estar lejos de estas cuestiones.

Seydou Sarr y Moustapha Fall son dos actores no profesionales que le ponen el cuerpo y el alma para interpretar a sus personajes. Ambos logran transmitir el miedo, la desesperación, el dolor, como también la lucha, las ganas de seguir adelante para cumplir sus sueños, la perseverancia y la inocencia de creer que no todo puede ser malo en la vida, que de alguna manera van a alcanzar sus objetivos. Podemos empatizar con ellos desde el principio y si bien no compartimos todas las decisiones que van tomando, nos ponemos de su lado para que salgan a flote.

Los aspectos técnicos están bien realizados y se nota un gran despliegue de producción para conseguir el realismo para la historia. La cinta fue filmada en Senegal, Marruecos e Italia, plasmando cada uno de los tramos por los que transitan los protagonistas. Sobre todo debemos destacar los momentos en los cuales los jóvenes se encuentran en el desierto. Todo se encuentra muy creíble.

En síntesis, si bien por momentos puede caer en algunos golpes bajos y situaciones bastante violentas con un objetivo efectista, «Yo Capitán» es una película importante y necesaria que viene a plasmar las dificultades que viven los inmigrantes africanos para alcanzar una vida mejor. Una historia llena de tensión y emoción, que logra el equilibrio justo entre mostrar las miserias humanas con el lado luminoso de la vida. Buenas actuaciones de jóvenes no profesionales y un buen despliegue de producción terminan de redondear esta cinta nominada al Oscar como Mejor Película de Habla No Inglesa representando a Italia.

Puntaje:

 

 

Tráiler:

 

Samantha Schuster

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