«Muñeca Rusa», una segunda temporada mucho más alocada

En 2019 se estrenó en Netflix «Muñeca Rusa» («Russian Doll»), una serie de ocho capítulos de media hora, que nos proponía una historia sobre bucles temporales, pero que lejos de seguir las mismas convenciones de este subgénero, le agregaba su impronta propia para brindarnos una trama entretenida y reflexiva.

Si bien la primera temporada cerraba bien, se anunció una continuación de la serie. A priori, podríamos pensar que ya no había nada más para contar, pero de todas maneras, se la rebuscaron para traernos algo novedoso.

Hace poco se estrenó la segunda entrega de «Muñeca Rusa» en la plataforma con siete capítulos de media hora. Tanto Nadia (Natasha Lyonne) como Alan (Charlie Barnett) lograron solucionar el bucle temporal, pero ahora algo nuevo hará tambalear su realidad. Al viajar en el subte de Nueva York, el mismo los transportará hacia una época diferente y los pondrá en la piel de un ser querido ya fallecido. Mientras Nadia va, en principio, a los ‘80 en la misma ciudad, reencarnando en su madre; Alan viaja al Berlín de los ‘60 para suplantar a su abuela.

«Muñeca Rusa» redobla la apuesta en su segunda temporada, para volverse todavía más alocada e hilarante, con algunas escenas bastante surrealistas, donde no sabemos si lo que pasa es real, si los personajes lo están imaginando o es alguna especie de metáfora más metafísica. Ahora cambiamos los bucles temporales por viajes no solo en el tiempo sino a diferentes lugares, según los vaya llevando la historia. Esto la vuelve completamente impredecible, sorpresiva y entretenida. Ni los protagonistas ni nosotros sabemos hacia dónde va la trama, pero todo resulta ser atractivo e interesante, sobre todo a medida que nos vamos acercando hacia el final.

Por otro lado, sigue manteniendo su tono irónico, el humor negro y sarcástico característico de la protagonista, que en este caso opaca a gran parte de los secundarios que habían tenido un rol más activo y presente durante la temporada anterior. Tanto Maxine como incluso Alan, que continúa siendo importante, no tienen demasiado tiempo de pantalla como para desarrollar sus historias. La trama de Alan no tiene mucha conexión con la de Nadia, más que en estilo y objetivo: ambos viajan al pasado para tratar de comprender o cambiar algo. Sí tenemos un mayor acercamiento a Nora y Vera, madre y abuela de Nadia, principalmente a través de los viajes que realiza para entender mejor su propia historia y tratar de mejorarla. En este sentido también se profundiza más el personaje de Ruthie, la mejor amiga de su mamá y quien la terminó criando a ella.

De esta manera, la serie logra hablar sobre los vínculos familiares, las segundas oportunidades, la importancia del tiempo, las consecuencias de nuestras decisiones, la salud mental, entre otras cosas.

Nuevamente debemos destacar el magnífico trabajo que hace Natasha Lyonne componiendo a Nadia, con sus inseguridades, paranoias, y voluntad de cambiar el rumbo de su vida. Seguimos notando ciertas similitudes con su personaje de «Orange is the New Black», pero esto no reside tanto en la interpretación de la actriz, sino más que nada en la construcción de los roles que son bastante similares en algunas cuestiones.

En cuanto a los aspectos técnicos, sobresale la ambientación de esta temporada, que va recreando distintas épocas en diferentes lugares, con objetos característicos y un adecuado vestuario.

En síntesis, la segunda temporada de «Muñeca Rusa» vuelve a sorprendernos por su ingenio para ofrecernos una historia diferente a su primera entrega, novedosa y fresca. Con una protagonista hipnótica, buena recreación de época y giros inesperados, la serie es más que efectiva.

Tráiler:

 

Samantha Schuster

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