«Ted Lasso», una última temporada que recuperó su camino

En 2020 se estrenó una serie que nos acompañó durante la pandemia e hizo del mundo un lugar mejor. «Ted Lasso» se centró en un entrenador de fútbol americano que llega a Inglaterra para liderar un equipo de lo que ellos llaman soccer, sin ningún conocimiento previo más que una actitud optimista y ganas de trabajar. A lo largo de su primera temporada nos conquistó por presentar una historia esperanzadora, con personajes más que entrañables, donde cada uno tuvo su desarrollo.

Al año siguiente salió la segunda temporada en Apple TV+, que bajó un poco su calidad. Parecía que la serie había perdido su rumbo, que la historia que nos había contado previamente ya había sido agotada, y que habían convertido a un buen personaje en el villano sin ninguna explicación demasiado coherente más que tener algún conflicto para mostrar. De todas maneras, el viaje de los personajes, la profundización de sus problemáticas y su carisma lograron sacar esta entrega a flote.

Por eso cuando anunciaron una continuación tuvimos miedo de estar frente a la misma situación. Sin embargo, «Ted Lasso» encontró otra vez su camino y nos ofreció una nueva y última temporada maravillosa, con olor a despedida, y con esa sensación de bienestar que siempre la caracterizó. Ahora no queremos que termine.

En esta oportunidad Nate se convirtió en el entrenador del West Ham, equipo que compite en la misma liga que Richmond, el cual está pasando por una mala racha y decide fichar a uno de los jugadores más exitosos del mundo para poder recuperarse. Mientras tanto, Ted sigue sufriendo por estar lejos de su hijo y lidiando con sus ataques de pánico.

A diferencia de la segunda temporada que, como decíamos previamente, nos dio esa sensación de que no había nada más para contar, en esta entrega la serie recupera su esencia, ahondando en las distintas historias de los personajes, además de mostrarnos más sobre el equipo de fútbol, algo que había quedado un poco relegado a segundo plano.

El hecho de incorporar a una figura internacional como Zava, inspirado claramente en el futbolista Zlatan, le da un aire renovador a la trama futbolística, con un equipo ya consolidado, como también el hecho de sumar nuevas tácticas, la rivalidad con el West Ham y el tema del mundial.

Además, se ahonda en distintos personajes y subtramas, no solo de los más importantes, sino también de algunos pequeños roles que permite hablar de temas como la salud mental, los vínculos, el racismo, la identidad, la sexualidad en el mundo futbolístico, las segundas oportunidades, entre otras. Siempre con un tono muy sentimental, pero también con un guion gracioso e ingenioso.

Si bien hay algunas subtramas un poco forzadas, como la de Nate, que en la segunda temporada lo convirtieron en villano de forma apresurada y sin mucha credibilidad, y ahora revirtieron esta postura mostrándolo más humano, arrepentido y con ganas de recuperar los vínculos que destrozó; o la de Keeley, que le inventaron una relación amorosa para que no esté ni con Jamie ni con Roy; la mayoría está bien desarrollada y tratada, mostrando el lado b de los personajes. Además, con estos dos casos finalmente terminaron revirtiendo un poco las decisiones fallidas que tomaron previamente (aunque con Nate no dejan de llevarlo hacia un extremo u otro).

Por otro lado, le dieron un buen cierre a cada uno de los protagonistas con un final emotivo pero lindo. Aunque nos hubiera gustado seguir viéndolos por más temporadas, nos dejaron más que conformes. Eso sí, no se descarta algún spin-off o continuación de Ted por otros pagos, algo que sería interesante de ver, para seguir ampliando el universo de la serie y no quedarnos sin sus personajes. Todavía nadie se expresó al respecto (ni por sí ni por no) pero en estos tiempos de falta de ideas puede ser una buena opción.

En síntesis, «Ted Lasso» nos dio una gran serie que seguro todos los que la vieron no la van a olvidar. A pesar de haber tenido un camino un poco sinuoso con algunos personajes, nos trajo una historia diferente, optimista, donde existen problemas pero se resuelven de una manera amena, desinteresada y enfocada en los vínculos. Cada protagonista es único y entrañable. Sin dudas nos hizo bien al alma y la vamos a extrañar.

Tráiler:

 

Samantha Schuster

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