Crítica de «Godzilla y Kong: El nuevo imperio» de Adam Wingard (2024)

Después de haber realizado «Godzilla vs Kong» en 2021, en la cual los titanes más poderosos de la Tierra se enfrentaron entre sí, el director Adam Wingard se hace cargo nuevamente de esta historia para traernos la secuela «Godzilla y Kong: El nuevo imperio», la quinta película del Monsterverse, la 38° de Godzilla y la 13° de King Kong.

Esta vez Godzilla y King Kong quedaron en lugares totalmente alejados para que no se vuelvan a encontrar. Mientras que el primero está en la superficie, cuidando a la humanidad de cualquier tipo de ataque monstruoso, el segundo se estableció en Tierra Hueca, en la cual sigue buscando a su propia especie porque se siente muy solitario y deprimido. Sin embargo, cuando tanto Godzilla como Jia (Kaylee Hottle), la única sobreviviente de la tribu Iwi que ahora vive junto a la doctora Andrews (Rebecca Hall), capten una señal que viene desde adentro de la Tierra Hueca, ambos titanes deberán unirse para enfrentar a una amenaza aún mayor.

«Godzilla y Kong: El nuevo imperio» es una película bastante entretenida, que se sustenta a base de buenas escenas de acción y pelea de los titanes (cada uno por separado y también en su conjunto), con una lograda utilización del CGI y efectos especiales que consiguen darle emociones y dramatismo a los animales (sobre todo a comparación de lo que venimos viendo últimamente en el cine de superhéroes, por ejemplo). Ayuda asistir a un cine con una gran pantalla y buena calidad sonido, para poder apreciar los aspectos técnicos de una manera más inmersiva, ayudando a la experiencia.

También nos encontramos con momentos bastantes divertidos, encarnados principalmente en el personaje de Brian Tree Henry, Bernie Hayes, un podcastero sobre teorías conspirativas y especializado en Godzilla, que va a documentar todo el viaje hacia la Tierra Hueca y cuyas reacciones van a ser muy entretenidas de ver. La dupla que realiza con el veterinario Trapper (Dan Stevens), un hombre mucho más relajado, aventurero y especialista en musicalizar cada instante, también se vuelve muy atractiva. Y en cuanto a los animales, el mono adolescente es muy gracioso.

El elenco hace un buen trabajo para componer a sus personajes y construir un grupo variopinto de personalidades: el valiente, el gracioso, el miedoso, el aventurero, el líder, entre otros. De todas maneras, los mejores instantes del film es cuando los titanes están en pantalla y no tanto los seres humanos que vienen a ayudar o a contribuir con las distintas situaciones.

Sin embargo no es todo color de rosas en esta historia. Por un lado, por momentos el personaje de Godzilla se siente un poco desaprovechado. Mientras que King Kong muestra su costado más personal e íntimo, como también va descubriendo parte de su pasado y sus orígenes, a Godzilla solamente lo vemos adquiriendo cada vez más poder para una batalla final que será épica (y que King Kong solo no hubiera podido afrontarlo) pero no es que tiene un desarrollo tan profundo ni importante. Como que no existe un equilibrio entre ambos titanes.

Por el otro, la película se encarga constantemente de explicar qué es lo que está pasando, subestimando el poder de interpretación e imaginación de los espectadores. Cada descubrimiento o paso que dan los personajes se exponen a través de los diálogos, y en algunos casos ocurren de manera repetida. Por eso también decimos que las partes de los humanos no son tan atractivas, porque se la pasan contando la trama. Además de que no hay un desarrollo demasiado pronunciado de la historia.

En síntesis, «Godzilla y Kong: El nuevo imperio» cumple con lo que se propone: entretener al espectador con escenas épicas, monstruosas y violentas, y un gran trabajo visual y sonoro que se plasma no solo en los instantes de acción sino también para transmitir lo que sienten los titanes. Lo demás quedará relegado a un segundo plano y se verá perjudicado por la exposición constante de la trama, un Godzilla un tanto desaprovechado y la intervención humana que saca un poco de interés.

Puntaje:

Tráiler:

Samantha Schuster