Crítica de «Love Life» de Koji Fukada (2024)

«Love Life» del director Koji Fukada es una co-producción japonés y francesa con algunas de las fortalezas de ambas industria cinematográficas pero con una experiencia definitivamente moldeada por las idiosincrasias de su autor. A simple vista el cine de Fukada no ofrece demasiadas cosas extrañas, pero en sus dramas realistas destila una densidad de estados emocionales balanceados de forma especialmente interesante como para ofrecer a la audiencia varios momentos más que particulares.

En este caso la trama se centra en cómo un accidente doméstico cambia la vida de su protagonista (Fumino Kimura), que lleva una existencia tranquila con su esposo e hijo antes de que su ex regrese no a complicar las cosas sino a agregar al quilombo que se volverá su vida. Como en la vida real, sus suegros no ayudan demasiado. «Love Life» está basada en una canción, ya dijimos que Fukada es un cineasta particular, del mismo nombre por la cantante japonesa Hitomi.

Tanto la protagonista como su esposo son trabajadores sociales, y al principio se evidencia un deber lógico personal-profesional en el ayudar al padre de su hijo que vive en la calle desde que los abandonó hace ya unos años. El evento que dispara toda la trama pondrá en jaque a absolutamente todos los personajes, y les propondrá a la fuerza un cambio total en sus vidas. Si bien el título augura poner la lupa en lo romántico, es más bien una meditación bastante entretenida aunque para nada ligera sobre las emociones que nos unen. El mayor aviso para los no acostumbrados al cine japonés en particular, es que ofrece generalmente reflexiones para que la audiencia complete internamente en lugar de insistir en digerirlo todo para espectadores con menos capacidad de recursos como pasa con Hollywood.

Con este filme Fukada compitió por el León de Oro en el Festival de Venecia, habiéndose llevado el Premio del Jurado en la sección Un Certain Regard de Cannes en 2016 por su película «Harmonium». Es después de todo, ese tipo de historia que uno puede sospechar al pensar en ese cine de festivales, solo que realmente desarrollada de una forma tan particularmente japonesa como atípicamente personal. Sigue la misma línea que otros importantes autores del cine que suele verse en los grandes festivales internacionales, esta es una película sobre lo compleja que se vuelve la vida en su aparente simpleza y de cómo toda decisión es difícil cuando a uno le costó tanto alcanzar una estabilidad que parece desaparecer en un parpadear de ojos.

Por momentos tiene cualidades de una película de animación de calidad en la cadencia y ritmo de diálogos o la elección de planos, para luego entregar momentos crudos que evocan las emociones más fuertes de forma no melodramática sino fiel a esos golpes en seco que da la vida. Hace décadas que se volvió cliché hablar de que una cinta evoca cualidades «de la vida», pero «Love Life» tampoco hace estrictamente eso. Lo que sí entrega es la experiencia de una mujer en algunos de los momentos más difíciles y determinantes de su vida, en el que convergen caminos que quiso olvidar con rumbos que nunca pensó tomar. Una de esas pelis perfectas como escapismo reflexivo para aquellos que disfrutan salir de la sala con ganas de meditar sobre la experiencia durante un largo rato.

Puntaje:

 

 

Tráiler:

 
Leandro Porcelli

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