«Okupas», una radiografía del pasado y el presente argentino

«Okupas» es una serie argentina que se estrenó en Canal 7 en el año 2000, con una sola temporada compuesta por 11 episodios. Luego se pudo ver reiteradas veces en otros canales de televisión gracias al éxito que cosechó en ese entonces tanto por la crítica como por el público por retratar a la sociedad argentina desde otra óptica, poniendo el foco en esos sectores a los que nadie les prestaba atención. Entre sus logros, ganó tres Martín Fierro a Mejor Unitario y/o Miniserie, Mejor dirección para Bruno Stagnaro y Premio Revelación para Diego Alonso.

Un poco más de 20 años después, llegó a Netflix su versión remasterizada, recuperando la popularidad que tuvo en su momento, para que muchos tengan la posibilidad de volver a verla y las nuevas generaciones puedan tener un primer acercamiento a ella. Por temas de derechos se tuvo que modificar la banda sonora, principalmente las canciones de los artistas internacionales, a los que les sumaron nuevos temas. El trabajo, que estuvo  a cargo de Santiago Motorizado, cantante de Él Mató a un Policía Motorizado, está muy bien realizado y la música acompaña de forma atinada a la historia.

La serie se centra en Ricardo, un joven de clase media que acaba de abandonar sus estudios de medicina y pasa sus días vagando en la casa de su abuela. Esto cambiará cuando su prima le pida cuidar una casa que estaba abandonada y había sido ocupada previamente por unas cuantas familias que la policía logró desalojar. Esta nueva libertad y una serie de inconvenientes, lo llevarán a convivir con su amigo el Pollo, y otros dos desconocidos: Walter y el Chiqui. Juntos se embarcarán en una nueva aventura que los unirá y los pondrá en peligro en más de una oportunidad.

Escrita y dirigida por Bruno Stagnaro, quien venía de realizar «Pizza, birra y faso» con Adrián Caetano en 1998 y posteriormente haría «Un Gallo para Esculapio» (2017-2018), otra serie que tocaría los temas de la marginalidad, «Okupas» plasma una realidad de nuestro país no muy abordada en ese entonces, poniendo el foco en la pobreza, la marginalidad, y el mundo criminal o de mera supervivencia en muchos casos.

Una historia que va de menor a mayor y que en su camino nos va sorprendiendo más de una vez por el rumbo que termina tomando. Lo que comienza como la aventura o la experiencia de un joven de clase media aburrido sin mucho más que hacer, se convierte en una trama de vida o muerte, donde se impone la ley del más fuerte. El tono va variando muy lentamente, casi de forma sutil, hasta que nos encontramos con que el protagonista está metido dentro de una arena movediza y ya no tiene forma de salir de ahí.

La serie logra equilibrar de buena manera el drama con el humor negro e irónico, tratando temas como la amistad, la lealtad, los códigos, la falta de oportunidades, las diferencias de clase, la discriminación y la falta de empatía de la sociedad desde una mirada humana, sensible y honesta, sin juzgar a sus protagonistas por las decisiones que toman. Muchos de sus diálogos nos dejan interesantes lecciones de vida o reflexiones sobre el mundo que nos rodea.

Más allá de que pasaron más de 20 años y algunas cuestiones son bastante típicas de la época, como los precios de las cosas o las modas, muchos de los temas y las formas de vida de parte de la sociedad se mantienen muy actuales. Sin dudas esto no es positivo para el país, porque significa que hubo muy poco desarrollo y avance en cuanto a la mejora de condiciones de vida, pero la serie sigue funcionando como una radiografía social, sin haber quedado antigua.

La llegada de «Okupas» a Netflix es una buena oportunidad de volver a ver una producción que marcó un antes y un después en la forma de hacer televisión y en contar historias de vida no tan abordadas previamente, como también para descubrirla por primera vez. El talento de los involucrados delante y detrás de cámara ya lo conocemos, pero es una buena manera de reafirmarlo una vez más. Y por qué no, puede ser el puntapié inicial para que sumen al catálogo otras series argentinas que valgan la pena ver.

Tráiler:

 

Samantha Schuster

 

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