“Game of Thrones” (S08E02), un prometedor futuro con sabor a despedida

La semana pasada se estrenó la octava temporada de “Game of Thrones”, con un capítulo a modo de presentación de personajes y puros reencuentros. Con la llegada de Jon, Daenerys y su séquito a Winterfell se volvieron a ver distintos protagonistas que hacía tiempo que no se encontraban en el mismo espacio. Algunos fueron más emotivos, mientras que otros marcaban los recelos y lo resquebrajados que estaban dichos vínculos.

Un regreso de temporada con un episodio introductorio no está mal. Entre una entrega y otra pasaron dos años y probablemente la mayor parte del público no recuerde en dónde se encontraba cada personaje, tanto a nivel geográfico como a nivel político. Es por eso que siempre se tolera un capítulo así donde se sienten las bases de lo que vendrá.

Ayer tuvimos el segundo episodio de esta octava temporada, titulado “A Knight of Seven Kingdoms”, el cual continúa ahondando sobre el encuentro entre ciertos personajes, provocando un estancamiento en cuanto a la acción, pero que sirve para exponer sentimientos y personalidades frente una posible muerte colectiva que podría ocurrir próximamente. Sabemos que los White Walkers se acercan a Winterfell y que pronto tendremos la batalla más épica de todos los tiempos, pero por ahora la serie se centra en mostrarnos ese momento previo, esa calma que antecede al huracán. Es así como Jaime, a quien habíamos visto llegar a Winterfell durante el final del episodio anterior, debe enfrentarse a Daenerys, debido a que él fue quien asesinó a su padre, a Bran, a quien tiró por la ventana cuando era pequeño y lo dejó paralítico, y a los Stark en general, familia a la que perjudicó en más de una oportunidad. Pero tanto Tyrion como Brianne (y sobre todo ella) salieron a defenderlo, marcando aún una grieta mayor entre Sansa y Daenerys por la posición que terminan tomando con respecto a Jaime. Por otro lado también volvió Theon Greyjoy, a quien habíamos visto en el capítulo anterior hablar con su hermana Yara para regresar a la casa que supo traicionar en una época pero que ahora quiere luchar por ella. Un reencuentro emotivo con Sansa, que nos recuerda todas las vicisitudes que tuvieron que pasar juntos.

También hubo algunos roces políticos y personales. Tyrion creyó en que Cersei le mandaría un ejército al Norte, pero Jaime confirmó lo que, por ejemplo, Sansa ya sabía y era que la reina mentía una vez más. Es por eso que Daenerys comenzó a perder un poco la confianza en su mano. Pero también tiene que seguir lidiando con la mala relación que tiene con Sansa, quien no está muy conforme con la relación que mantiene con Jon (y eso que no sabe el verdadero origen de su hermano), pero que además se preocupa por lo que vendrá después de la lucha entre los vivos y los muertos. Acá se empiezan a ver las verdaderas intenciones de la madre de los dragones, cuyo único objetivo es el de conseguir el trono. ¿Qué estará dispuesta a hacer para lograrlo? ¿Contra quién tendrá que luchar para hacerlo?

Pero la mayor parte del episodio estuvo dedicada a la previa de la batalla contra los White Walkers. La preparación de todos los personajes, donde cada uno tomó esta situación de una manera distinta: sentimientos que florecen, espacios para la redención, reflexiones sobre los cambios a lo largo del tiempo; todos momentos con gusto a despedida, independientemente de lo que pase con ellos en los capítulos venideros. Arya y Gendry no perdieron el tiempo y concretaron esa tensión sexual que se sintió en el capítulo anterior y que se veía desde sus encuentros en las temporadas pasadas. Mientras que otros protagonistas prefirieron sucumbir en el alcohol para ahogar sus penas y los miedos frente a la inminente muerte. En este contexto, Jaime decide darle el título de caballero a Brianne, quien alegaba que no lo era por ser mujer y seguir las tradiciones. Uno de los instantes más emotivos y significantes del episodio.

Asimismo, finalmente Daenerys se entera del verdadero origen de Jon, algo que no le cae demasiado bien, debido a que la aleja del Trono de Hierro porque él se convierte así en el verdadero heredero. Pero la llegada de los White Walkers a las afueras de Winterfell interrumpe este incómodo momento y concluye este episodio que sigue constituyendo la presentación de esta temporada.

Solamente cuatro capítulos nos separan del gran final de “Game of Thrones”. Si bien tuvimos dos íntegramente dedicados a introducir la posición de los personajes, a reencontrarlos a todos en el mismo lugar y a otorgarnos instantes más profundos con sabor a reflexión y despedida, el adelanto del tercer episodio promete un futuro lleno de acción, muerte y despliegue de producción. Esperemos que estén a la altura de las circunstancias y no nos encontremos con más instantes de relleno que no hacen otra cosa que alimentar la ansiedad de los espectadores por conseguir esos momentos épicos que “Game of Thrones” nos supo dar en varias oportunidades.

Adelanto del tercer episodio:

 

Samantha Schuster

 

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